Horacio Álvarez Marinelli, experto en educación del Banco Mundial, participó en el primer encuentro de saberes pedagógicos en el lenguaje y las matemáticas, E-vidence. 

Horacio Álvarez Marinelli, experto en educación del Banco Mundial, participó en el primer encuentro de saberes pedagógicos en el lenguaje y las matemáticas, E-vidence. 

Horacio Álvarez Marinelli, especialista en educación del Banco Mundial, comparte en conversación con LA PATRIA la base de los aprendices fundamentales y su relevancia para el desarrollo de las regiones.

Asegura que lo más importante no es invertir, sino invertir bien. Así mismo, destaca la calidad educativa en Manizales respecto a otras ciudades de Colombia y asegura que el punto no está entre la brecha ente lo público y lo privado, sino en que el Estado no ha sido garante de las mismas oportunidades para todos.

¿Cuáles son las bases para el desarrollo de la vida académica?

Hay mucho ruido sobre, por ejemplo, la importancia de las competencias digitales, la tecnología, el pensamiento crítico, pero lo que se discute poco es que todas estas competencias que son importantes están ancladas en las competencias fundamentales, que son la lectura, la escritura y las matemáticas. Y sin esas es imposible lograr y tener conocimientos de orden superior. En la medida en la que nosotros no logremos ese desarrollo pleno de los jóvenes, nuestros países, sociedades y familias tampoco lo van a lograr.

¿Cuál es el reto en América Latina para alcanzar las competencias fundamentales?

Más o menos la mitad de los niños cuando terminan la primaria no pueden leer y comprender un texto simple para su edad, que es lo que se denomina pobres aprendizajes. Ese es un fenómeno recurrente en toda la región que está asociado en buena medida a que desde los primeros grados no les enseñamos a los niños a leer en forma correcta. Y cuando me refiero a leer es la alfabetización básica; la decodificación básica levantar el texto del papel. Eso lo estamos haciendo mal. Y un segundo elemento es que especialmente los niños de ambientes sociales más desprovistos, de niveles socioeconómicos más bajos no tienen el mismo desarrollo de vocabulario cuando entran a la primaria, respecto a los niños de niveles socioeconómicos más altos. Entonces, por ambos lados estamos enfrentando unos desafíos fuertes.

¿Es un privilegio acceder a la lectura y desarrollar la comprensión?

Creo que está siendo un privilegio para algunos, en el sentido de que algunos están teniendo la oportunidad, pero no solamente en lo público y privado, también depende de dónde se está en lo público, porque estar en lo público en Manizales es un lujo, comparado con estar en lo público en otras ciudades. Lo que el sistema no está garantizando, independientemente que sea público o privado, es que todos tengan una misma base. Y ese principio de equidad sobre la que se pueden construir sociedades en paz, estables y prósperas. Es lo que nos está faltando en América Latina. Algunos están recibiendo mucho, dependiendo de la escuela a la que van, el barrio en el que vive. Y otros no lo están recibiendo, y les estamos limitando las oportunidades y perpetuando las injusticias sociales que vemos en la región.

Con base en este panorama, ¿hay que invertir más que en educación?

Hay que invertir más, pero hay que invertir bien. Porque en muchos países lo hemos visto, se ha invertido mucho, pero no se tienen resultados, ¿por qué? Porque no se está invirtiendo en lo que se debe invertir. A veces ni siquiera es invertir más, sino que invertir lo que tenemos en programas exitosos. Por ejemplo, uno podría tener tener textos escolares y repartirlos, pero si esos textos escolares no tienen la metodología adecuada, si no hay una formación docente adecuada, si los textos no llegan a tiempo, la inversión se hizo, pero no se hizo bien.

Entonces, ¿cuál es el camino?

Llegar a tiempo a las escuelas con los materiales, trabajar con los docentes para que sepan usarlos, pero además asegurarse de que esos materiales sean de alta calidad y que estén alineados a las ciencias del aprendizaje. A veces no se requiere más presupuesto. En general, lo que sí vemos en Colombia y en otros países Es que sí requerimos más recursos. Pero no solo es un tema de recursos, también es un tema de cómo implementar bien las las políticas y afianzar esas políticas en buenos programas.

¿Cómo hacer que esto sea un trabajo integral?

Yo creo que Colombia es muy particular, porque es el único país que no tiene un currículo nacional. En Colombia se espera que cada institución educativa, cada docente haga sus materiales, defina su currículo, y esas son competencias que escapan al trabajo del docente y de los rectores. Por eso hay especialistas en desarrollo curricular, pero aquí se le carga al docente.

Hay un desafío grande

En la básica primaria tiene más o menos entre 12 y 14 materias. La Secretaría de Educación y el Gobierno Nacional no proveen textos escolares. Lo que han son unas guías y unos lineamientos. La escuela y la institución educativa no tiene recursos para para adquirir textos escuelas, y por ley está prohibido pedirle a los padres de familia que que den textos escolares. Hay una ley creo de 2013, la ley de gratuidad 2013 14 que prohíbe que la escuela pida materiales a los padres de familia. ¿Por qué hacemos eso? Si uno lo que debería de hacer es apoyar a los docentes dándole esos recursos y materiales. Entonces, no es una responsabilidad del docente, es una responsabilidad del sistema que se le ha delegado injustamente al docente.

En la secundaria los adolescentes han implementado nuevas narrativas y nuevas formas de consumir la información, ¿realmente los jóvenes están leyendo menos?

En general sí. Hay muchos estudios de que los adolescentes están leyendo menos, que tienen menos capacidad de lectura y de comprensión, que en parte está asociada con el acceso a la tecnología y a los teléfonos móviles. Están consumiendo información de otra forma, sin embargo, cuando entren al mercado laboral van a necesitar consumirla de otra forma. Y ahí está el reto grande que tenemos. Cuando entren a la universidad, si van a estudiar derecho, no lo van a estudiar vía TikTok. Aunque hay carreras más cortas ahora y hay carreras en las áreas tecnológicas que se están desarrollando en paralelo, las carreras como básicas requieren lectura de textos largos.

Entonces, es importante que, a pesar de que sabemos que los jóvenes están consumiendo de otra forma, se mantenga una línea de trabajo en las que se les invite, se les incite, se les estimule, para que puedan leer este tipo de textos, porque son la base de su futuro profesional.

¿Cuáles son tres puntos clave para sostener estas bases educativas?

1. Seguir trabajando en los aprendizajes fundamentales: Que un niño aprenda a decodificar en la primaria y esté leyendo bien, no quiere decir que dejemos de trabajar en forma directa al lenguaje. Siempre hay que seguirlo trabajando, y desde muchos ángulos y materias.

2. Conocer el mundo: Para conocer, por ejemplo, el concepto de estado libre asociado tengo que ser capaz de saber de historia, de la relación entre Estados Unidos y Puerto Rico, de la guerra entre Estados Unidos y España, y para entender el texto de Ramón de Zubiría que habla sobre Colombia y su relación con Estados Unidos necesito conocimientos que no vienen de aprender a decodificar, vienen de la riqueza curricular.

3: El eje de todo son los docentes: Sin los docentes no se puede hacer nada. Si nosotros no apoyamos a los docentes con recursos, materiales, formación y estímulos, es muy difícil cambiar la realidad.


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