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Carlos Ariel Cardona Alzate, doctor en Ingeniería Química y docente de la Universidad Nacional sede Manizales.
La investigación es el medio que Carlos Ariel Cardona Alzate encontró para declararle su adoración a Caldas.
Es doctor y magíster en ingeniería química, y desde hace 30 años integra la planta docente de la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales.
En medio del devenir que ha tenido su vida y las tantas partes en las que ha estado, que le han permitido el crecimiento positivo de su labor, él sostiene que ha decidido permanecer en su natal departamento.
“Siempre lo llevo en el corazón. Es como si fuera un apéndice; algo de mi misma línea de vida”, refiere.
Y, aunque el nombre Carlos Ariel Cardona Alzate por sí solo se ha convertido en un sinónimo de calidad científica a niveles nacionales e internacionales, obviar su origen implicaría un vacío en la forma y el fondo de su línea investigativa.
Formación académica
Carlos nació en el pueblo del diablo, bajo la sombra del sagrado cerro del Ingrumá; en Riosucio (Caldas), donde la economía está determinada por las cosechas de café, plátano, caña, maíz, fríjol y demás.
El retala: “De ahí, debido al trabajo de mi papá, quien era comerciante, volvimos a las raíces, en Salamina, porque toda la familia es de Salamina. Allí nos instalamos y fue en donde empecé a estudiar”.
Salamita está a 73,5 kilómetros de Manizales, luego de pasar por Neira y Aranzazu. Sin embargo, no sería hasta 1995 que Cardona llegaría a las aulas de la Universidad Nacional.
Después de graduarse del bachillerato, Carlos cuenta que no tuvo tiempo de nada, en vista de que le tocó prestar servicio militar.
“Apliqué a una beca a Rusia porque no tenía ninguna otra oportunidad, debido a la falta de recursos. Estando en el Ejército me comunicaron que me había preganado la beca. Me faltaban exámenes psiquiátricos y psicológicos, y por ley, en el Ejército si uno ganaba algo se lo tenían que guardar hasta el otro año”.
Cardona Alzate fue notificado en 1987, y tal y como lo dictaba la norma, viajó al año siguiente, en agosto de 1988.
En Rusia completó su preparación académica. En 1994 recibió el título de maestría y doctorado en Ingeniería Química en la Academia Estatal de Tecnología Química Fina de Moscú M.V. Lomonosov.
Avance en ciencia
El ingeniero químico empezó su vida profesional como docente ocasional. En 1996 ganó el concurso para ser profesor de plata de la U. Nacional, cargo que conserva hasta la fecha.
Tres décadas después, sentado en su oficina en el Bloque T (Instituto de Biotecnología y Agroindustria), el profesor Carlos Ariel Cardona está convencido que ganar la beca y estudiar fue lo que lo salvó.
Actualmente lidera diferentes tópicos en investigación y docencia. Además, integra el grupo de investigación de alimentos frutales. Su misión es dirigir procesos químicos, catalíticos y biotecnológicos.
El profesor Carlos habla del impacto de su enfoque científico: “Trabajamos en tópicos donde los alimentos se potencian para que le den mayor valor agregado a la agroindustria y la biotecnología industrial. También para generar valor con un énfasis muy fuerte en sostenibilidad. Por lo tanto, aquí se maneja, no solamente la biotecnología y la agroindustria, sino también los análisis ambientales, económicos y sociales. Los tres convergen en un solo concepto: Sostenibilidad”.
Pionero en Colombia
El grupo de investigación del doctor Carlos Ariel sobresale en su área. Se ubica en la máxima categoría (A1) y fue el primero del país en obtener la evaluación.
El ingeniero es consciente de su crecimiento. Él manifiesta que adelantan proyectos para los sectores públicos y privados.
“Estamos haciendo lo que somos como Universidad, donde la investigación se debe potenciar para los usuarios finales, que son las comunidades de los pueblos. Ayudando a comunidades de cacao, por ejemplo, en Tumaco. Estamos en Riosucio, Leticia, Chocó, Sucre”, puntualiza Cardona, quien enseña su orgullo al saber que mucho de lo que se investiga en Caldas se puede replicar en otros territorios.
¿Por qué hacer ciencia en Caldas?
(...) Ese elemento familiar que es muy típico para el colombiano, y en Caldas sí que más. También está mi madre y todo el elemento primordial. Lo anterior siempre me ha tenido muy pegado a Caldas. Al mismo tiempo he conocido al departamento en tantos proyectos que me lo sé casi de memoria, incluyendo sus potenciales. Caldas tiene un potencial impresionante. A pesar de ser un departamento pequeño, tiene una geografía y una diversidad de pisos térmicos impresionante. Su gente también es maravillosa. Es un enamoramiento desde el nacimiento. Siempre he tratado de hacerlo mejor por ver esa ciencia en algo que impacte.
¿Cómo se refleja el impacto?
Me alegra mucho, por ejemplo, en un colegio apartado donde una maestra llega y me dice: “Por aquí nunca viene ni la universidad, ni mucho menos un científico". Ahorita tenemos una idea de un club de biotecnología y bioeconomía, el cual casi con recursos propios y algunos apoyos que presta la Universidad Nacional estamos llevando esas semillas a algunos colegios.
¿Cómo describiría la investigación en Caldas?
Caldas es un ejemplo de una región que increíblemente, no con todos los recursos que deberían ser, brilla en Colombia. En el área de la biotecnología, agroindustria, en muchos grupos tenemos varios ejemplos de victorias que demostrar. Hay un alto reconocimiento a nivel mundial.
¿Por qué los científicos tienen la necesidad de llegar a las revistas de talla internacional?
Creo que es la definición de la investigación. Sin ella no sería investigación. Si yo estoy haciendo una investigación y creo que mis resultados son excelentes porque eso es lo que yo creo, eso no es suficiente. Tengo que llevarlos a gente muy experta a que, como decimos en el idioma coloquial, le den palo a mis resultados, interpretaciones y escritos.
En muchos casos los estudiantes envían artículos y se los rechazan, luego los envía el profesor y los aceptan. ¿Considera que el nombre del profesor de renombre es indispensable para que la ciencia que se hace desde las regiones logre este impacto por fuera?.
Sí. Aquí hay que clarificar algo: cuando un estudiante de pronto desconocido en el mundo científico manda un artículo citándose como el autor correspondiente o el principal, las revistas tienen que establecer unos filtros, debido a que hay muchas propuestas para tener una primera garantía de calidad, generalmente ese filtro lo establece el editor.
El editor va a mirar si la persona que envía tiene algo de experiencia, no la exige toda obvio, pero sí algo de experiencia para considerar leer. Los revisores tomarán la decisión, pero no es garantía. A mí me han negado muchos artículos. Es muy normal.
Los recursos para hacer ciencia han disminuido, ¿cuál cree que son las razones detrás de este panorama?
Hay algo que siempre ha ocurrido en el país, y ya todos lo sabemos y sabemos tanto que no le prestamos atención. En el mundo hay políticas de desarrollo de planeación, que deberían ser tan claras que no tendrían qué depender de grupo político, color o lo que sea esté a cargo de lo administrativo en una región o en un país. Pero cuando esas políticas se ven desvanecidas esto se torna un poco difícil.
¿Cómo considera que ha sido la gestión de la ministra Yesenia Olaya en cuanto a este manejo al de políticas que usted menciona?
Es una persona con muy buena fe. Me parece que ella y los anteriores ministros han tratado de hacer cosas, pero hay unos sistemas que desconozco que no permite hacer las cosas en los tiempos correctos o se cometen errores garrafales que es difícil explicar los motivos. Pero creo que no es necesariamente como muchos dicen, yo veo una política en contra los investigadores, sino que se cometen errores que a esos niveles no se pueden cometer porque se pierde la confianza.
La Universidad se ha visto permeada por la polarización, ¿cree que eso afecta los procesos de investigación?
Sí, efectivamente. Yo hago todo lo posible, y creo que la mayoría de los investigadores tratan de dar todo lo posible por declararse neutros, pero este es un problema muy particular. Una de las cosas de las que nos hemos sentido muy orgullosos los investigadores de la Universidad Nacional era por ser apolíticos. Es decir, independiente de un gobernante de turno o un partido. En estos momentos todos tenemos la sensación de que la política permeó la universidad, y eso genera división. Si ambos tienen la razón, lo más lógico sería unirnos y encontrar las salidas, (...) porque lo que gobierna una universidad no es ni la política ni la democracia, sino el conocimiento.
Carlos Ariel Cardona Alzate, doctor en ingeniería química y docente de la U. Nacional, es autor y coautor de cerca de 240 artículos de investigación, así como de 13 libros de investigación y 54 capítulos de libros. Además, ha presentado un aproximado de 300 trabajos en eventos científicos.
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