Por segunda vez consecutiva, el Deportivo Pereira enfrentó un partido marcado por las expulsiones. Esta vez fue en Ibagué, ante Deportes Tolima, pero a diferencia del partido contra Nacional, el resultado para los Matecañas fue adverso.

Rafael Dudamel y Edwin Velasco hablaron tras la derrota en Ibagué. Reconocieron que la inferioridad numérica condicionó el plan de juego. 

Sin control emocional 

El técnico Rafael Dudamel no ocultó su preocupación por la situación disciplinaria del equipo y reconoció que el temperamento de sus jugadores está pasando factura.

“Tenemos que regular un poco más el temperamento, el ímpetu con el que nos estamos sobrepasando. Quedar en inferioridad numérica nos cuesta mucho, y más ante un equipo como Tolima, que te quita la pelota y te desgasta”, aseguró Dudamel en rueda de prensa.

Vocación ofensiva

A pesar de jugar con un hombre menos —y luego con nueve jugadores—, el técnico valoró la actitud ofensiva de su equipo. 

“Nunca perdimos la vocación ofensiva. Ya cuando ellos también se quedaron con 10, pudimos hacer más daño con pelotas en profundidad. Pero hay que atender esto rápidamente, porque estos puntos cuestan mucho”.

En cuanto a las diferencias entre este juego y el anterior —la victoria 2-1 frente a Atlético Nacional en Pereira—, el técnico explicó que se trató de partidos muy distintos, tanto en estilo como en desarrollo.

“Contra Nacional fuimos protagonistas. Hoy veníamos haciendo un buen trabajo, pero un gol de media distancia tras una reanudación rápida nos desprotegió y marcó la diferencia. No fue un mal partido, pero sí marcado por errores puntuales”.

Por su parte, Edwin Velasco, que jugó un buen partido tanto de lateral como de zaguero central,  también destacó el esfuerzo colectivo, pese a las adversidades. 

“Tuvimos el balón, buscamos amplitud, intentamos llegar. Fue más complejo, pero no bajamos los brazos”, señaló el lateral.

Una semana para corregir

Consultado sobre qué replantear de cara al próximo compromiso, que será el clásico ante Once Caldas, Velasco mencionó que lo importante es continuar con la intención de ganar, eso sí, sin expulsados. 

“No es mucho lo que hay que cambiar. El equipo tiene intención, propone, quiere jugar. Lo que pasa es que con dos hombres menos todo se complica. Pero el clásico se juega distinto, y vamos con todo”.

Dudamel, por su parte, cerró con una reflexión sobre la necesidad de autocrítica y ajustes inmediatos. El planteamiento en Ibagué no funcionó por las expulsiones. 

“Esto no tiene que ver con lo físico ni con lo táctico. Con 11 contra 11 sería otra historia. Pero quedarnos con menos jugadores nos ha perjudicado”.

El equipo Matecaña ahora deberá enfocarse en recuperar confianza y ajustar detalles clave para el duelo cafetero que se jugará el próximo 3 de agosto en el Hernán Ramírez Villegas sin público visitante.

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