Fotos | Julián García | LA PATRIA
Las familias afectadas por un deslizamiento de tierra en el barrio Funvascar, de Chinchiná, denunciaron que, cuando llueve fuerte, el lodo y la tierra bajan desde la parte alta e inundan las viviendas.
Cuando llueve fuerte, el lodo y la tierra bajan de la parte alta de la montaña e inundan varias casas de la parte baja de los barrios Funvascar y San Carlos, en Chinchiná. Por eso, los dueños de las viviendas solicitan una pronta intervención de la ladera.
Blanca y Ana, habitantes de los barrios afectados por el deslizamiento de tierra del pasado 2 de junio, que afectó 10 viviendas y puso en riesgo a 52 familias, relataron cómo las casas que fueron desocupadas después de la tragedia están siendo desvalijadas. Denunciaron que les están robando las rejas y, además, rompen vidrios, tuberías, lámparas, tacos de electricidad, llaves del acueducto y los interruptores de las lámparas.
El pantano dibuja figuras en las fachadas de las viviendas colapsadas, mientras los damnificados siguen esperando que se retomen las labores de remoción y estabilización. Dichas obras se detuvieron hace 20 días, por recomendaciones de Gestión del Riesgo y de Corpocaldas.
Corpocaldas determinó que se necesitaba un terreno estable para elaborar unos diseños y presentarlos a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y, por esa razón, se suspendió el terraceo en ese sector.
Los diseños ya están listos, pero Gestión del Riesgo aún no ha desembolsado los recursos.
Inseguridad
Las amas de casa comentaron que la vigilancia de la Policía, el Ejército y la Defensa Civil fue retirada hace un mes y, desde entonces, el barrio se ha convertido en un foco de inseguridad. Incluso denunciaron que hasta los contadores de gas fueron arrancados.
Unas vallas de seguridad permanecen atravesadas a lado y lado de la calle que conduce al barrio San Carlos.
En los primeros días de la emergencia, no se permitía el paso por ese sector del municipio. Sin embargo, hoy la gente circula como si nada, ignorando la advertencia de las autoridades de que la montaña aún puede desprenderse y provocar una nueva tragedia.
A la espera
Funcionarios de Gestión del Riesgo visitaron el municipio y señalaron que, una vez se presenten los diseños, el desembolso de los recursos podría tardar aproximadamente un mes.
La Alcaldía de Chinchiná manifestó que no cuenta con recursos para seguir atendiendo la emergencia. Explicaron que los organismos de socorro y vigilancia se retiraron porque el municipio debe asumir su alimentación y no tiene más presupuesto.
Ahora esperan que la Gobernación de Caldas gire unos $500 millones, recursos necesarios para continuar con la atención y mantener los auxilios de arrendamiento.
Los organismos de socorro informaron que, debido a la inestabilidad del terreno, no pueden permitir que los moradores regresen a sus casas, ya que persiste gran cantidad de material suelto.
Se calcula que la intervención completa de estos barrios afectados costaría unos $3 mil millones. En la parte alta de la ladera taparon con plásticos algunas terrazas hechas con maquinaria pesada.
Para apoyar a los damnificados, la Alcaldía de Chinchiná entregó 43 subsidios de arrendamiento, de $300 mil por un mes, a igual número de familias afectadas.
Estas familias piden que el auxilio se extienda por más meses, solicitud que la Alcaldía indicó está revisando en el presupuesto. También solicitan materiales de construcción para reconstruir sus viviendas.

Las familias también comentaron que las casas afectadas están siendo saqueadas y que, desde hace unos 20 días, se retiró la vigilancia del sector. Las obras se encuentran paralizadas, a la espera de los recursos de Gestión del Riesgo.
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