148 años de historias y proyecciones de la educación en Villamaría
Estudiantes de la escuela Santa Luisa de Marillac en 1981

Fotos | Casa de la Cultura de Villamaría | LA PATRIA

Estudiantes de la escuela Santa Luisa de Marillac en 1981.

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Las personas deciden tener menos hijos; los venezolanos retornan a su país; los campesinos se desplazan de las veredas: son motivos que, de acuerdo con el secretario de Educación de Villamaría, Álvaro Andrés Muñoz, y la rectora de la Institución Educativa San Pedro Claver, Gloria Inés Gutiérrez, afectan la matrícula en los colegios de Villamaría. Sin embargo, con las nuevas obras educativas y otros proyectos se espera captar más alumnos.

En términos estadísticos, el municipio cuenta con 22 instituciones de educación básica y media. 13 son privadas. De las públicas, hay 5 en el sector rural y 4 en el urbano, 9 en total. Son 6 mil 811 estudiantes del sector oficial: 5 mil 274 en la zona urbana y mil 537 en la rural.

Y, si miramos cinco años atrás el panorama varía un poco. Para el 2018 existían 7 mil 73 estudiantes; en el 2019 eran 7 mil 78; al 2020, 7 mil 153; en el 2021, 7 mil 154, y en el 2022, 6 mil 957.

El San Pedro Claver, por ejemplo, tiene un registro oscilante que va de mil a mil 200 estudiantes. “En una semana puede variar dos o tres veces, creciendo y decreciendo, porque retiran muchos niños, pero también llegan muchos”, comenta la rectora.

De la matrícula depende que suban o bajen los recursos que transfiere la Nación. Entre el 2024 y el 2023 a la San Pedro Claver le redujeron $35 millones por gratuidad o por tipología. “En el 2014 fueron $120 millones, para este 2023 son $85 millones”, precisa Gloria Inés Gutiérrez.

Y, aunque disminuyan los estudiantes, la rectora como los otros directivos docentes deben continuar, con dineros de la gratuidad, supliendo los mismos gastos de hace nueve años.

Incluyen mejoramiento de la gestión académica, construcción, mantenimiento y adecuación de establecimientos, servicio de transporte escolar cuando las condiciones geográficas lo requieran para garantizar el acceso y permanencia en el sistema educativo, entre otros.

 

Avances

Al colegio Jaime Duque Grisales lo crearon en 1990. Pero, sus instalaciones ya las ocupaba una fundación que portaba el mismo nombre en honor a su fundador, el capitán Jaime Duque Grisales.

Desde comienzos de los 70 allí funcionaba, además, un colegio que permitía que personas de las áreas rural y urbana accedieran al bachillerato. Albergaba a quienes venían de otros lugares y no tenían familiares en la cabecera municipal. La alimentación escolar y becas a los mejores estudiantes para ingresar a la educación superior, igualmente las cubría la fundación.

Hoy el Jaime Duque recibe a 874 estudiantes en Jornada Única, debido a que fue uno de los 21 colegios priorizados en el 2016 en Caldas con el programa del Ministerio de Educación, ejecutado por el Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa (FFIE) para mejoramiento, ampliación y construcción de plantas educativas.

En noviembre, después de 6 años, entregaron la obra terminada. Son dos bloques. En unos se ubican seis aulas, una para transición y cinco para primaria, con baterías sanitarias en cada piso. El otro bloque es el restaurante escolar. En el proyecto se invirtieron $4 mil 859 millones. La Nación aportó $3 mil 278 millones; la Gobernación de Caldas, $957 millones, y la Alcaldía de Villamaría, $624 millones.

El otro colegio priorizado es el Gerardo Arias Ramírez. Se inauguró el 11 de abril de 1964 y fue primer bachillerato oficial. Funcionaba en la casona de la calle 8ª. Con carrera 4ª., hoy la Casa de la Cultura. En 1969, la Secretaría de Educación lo fusionó con el Colegio femenino Santa Luisa, figurando entonces como Colegio Oficial Integrado Gerardo Arias Santa Luisa. El 30 de noviembre de 1969 se graduaron los 20 primeros jóvenes bachilleres.

Ahora se integra con las escuelas Jhon F Kennedy y La Floresta, y tiene 2 mil 77 estudiantes, el número más alto del municipio.

La intervención cuesta $14 mil millones, pues se construirá un edificio de cuatro pisos y desde hace dos meses arrancaron con un plan de contingencia para trasladar a 759 estudiantes de primaria.

“Es el proyecto más grande de ese programa, por lo que esperamos tener una capacidad instalada para tres mil estudiantes. Es la más emblemática; tiene la mejor banda del país y ha ganado premios consecutivamente”, comenta el secretario de Educación.

 

Aportes

Aunque las cifras muestran que la matrícula baja, Villamaría crece. Una razón es su cercanía a la capital de Caldas, a tan solo 10 minutos. Su conexión incluye cable aéreo, que hace evocar el inaugurado en 1927. Este sistema se suma a la vía a la capital, con un cuarto carril en construcción. Esto hace al municipio un lugar dormitorio. Las personas trabajan y estudian en Manizales, pero habitan en Villamaría.

Con la obra del Gerardo Arias, Muñoz espera que la matrícula aumente. “Vamos a competir a nivel arquitectónico con Manizales, porque ya competimos a nivel académico. Tenemos un buen promedio en las pruebas Saber, entonces en infraestructura faltaba este empujón y el impacto imaginamos que va a ser gigantesco”.

Ese empujón del que habla Arias excluye a las instituciones educativas con mayor nivel académico y adquisitivo de Caldas, ubicadas en la vereda La Florida. Estas se toman como expansión urbana de Manizales, pues la mayoría de estudiantes son de esa ciudad. Por lo tanto, el impacto que generan a los villamarienses no es alto. "Algunos de Villamaría también acceden al servicio de educación privada. Entonces desde la Secretaría de Educación estamos creando una red para prestarles soportes activos de participación”.

La Institución Educativa Aspaen Gimnasio Horizontes se vincula con alumnos villamarienses con su programa Juventud manizaleña. Así los estudiantes de colegios públicos pueden acceder a una beca para la universidad. “Es una incidencia positiva”.

 

Educación superior

La poca distancia entre Villamaría y Manizales causa que la presencia de universidades sea nula. La Universidad del Quindío operó hasta el 2015 en el colegio Jaime Duque. La acogida duró un par de años y su oferta no perduró, ya que es fácil acceder a sedes centrales y de alta calidad en Manizales.

Con base en esto, los esfuerzos de la Alcaldía no están en atraer universidades. “Nos interesa atraer entidades financieras que les permitan a los estudiantes acceder a becas o beneficios”.

Lo que está trabajando el Municipio son convenios para financiar carreras y demostrar que sí es fácil acceder a la educación superior.

 

Lo rural es la misión

Las universidades de Caldas, Nacional sede Manizales y la Corporación Universitaria Santa Rosa de Cabal (Unisarc) son las candidatas para ofrecer sus programas en la zona rural.

El secretario de Educación añade: “Hay que hacer un esfuerzo grande para profesionalizar a las personas del campo y que las familias campesinas no se vengan para la ciudad. Villamaría se está quedando sin población rural. Eso es lamentable, pues es uno de los municipios más productivos con todos los pisos térmicos”.

El desafío para está y las próximas administraciones es volver más atractiva y rentable la zona rural.

 

El valor

- Cuando se habla de la historia de Villamaría se debe mencionar la Escuela de Varones . Ahí comenzó la educación del pueblo. Se fundó en 1875 con la llegada de la Instrucción Pública -oficinas encargadas de la educación en el siglo XIX- a cargo de Gerardo Arias Ramírez. En 1918 daría paso a la escuela San Pedro Claver.

- Las ganas de ayudar a construir proyectos de vida la ha sostenido, incluso después de la erupción del volcán Nevado del Ruiz en 1985. Las secuelas de este suceso motivaron al Gobierno nacional, en 1986, a construir una nueva infraestructura. Graduó a su primera promoción de bachilleres en el 2006, y desde entonces continúa evolucionando con base en las exigencias de las nuevas generaciones.

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