Los pecados del intercambiador
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El tiempo y los hechos les concedieron la razón a quienes advirtieron en su momento que el principal pecado en la construcción del Intercambiador Vial de Los Cedros es la falta del principio de planeación. Se lo dijeron desde el año pasado a la Alcaldía de Manizales como dueña del proyecto, pero el no haber escuchado esos avisos ni reconocer errores o corregirlos a tiempo llevaron a que el Municipio tuviera que admitir ahora que los seis meses y medio de periodo que restan al contrato y a la Administración -hasta el 31 de diciembre- serán insuficientes para entregar la obra como la tenían proyectada. Tiene un avance del 13,5%.
Este proyecto, que tiene un objeto necesario y urgente para mejorar la movilidad de la ciudad en ese punto de la Avenida Kevin Ángel y en límites con la vía que conduce al municipio vecino de Neira empezó con pie izquierdo. El 20 de diciembre del año 2021 la Alcaldía firmó contrato con la firma Meca Construcciones, que empezó obras físicas el 10 de mayo del 2022, cinco meses más tarde y sin comprar ninguno de los 20 predios que se requerían para contar con suelo disponible y ejecutar los trabajos; es decir, sin hacer o al menos iniciar lo que se denomina gestión predial como ocurre en toda obra, y más si se trata de la pública.
Aunque Meca inició con la demolición del separador vial existente, algunos dueños de predios empezaron por oponerse a la oferta de compra de sus bienes y al proyecto, así este contratista poco o nada pudo avanzar y el 1 de diciembre abandonó las obras. El contrato fue cedido al Consorcio Los Cedros 2022 que empezó a trabajar en enero del año pasado, tras una para de dos meses. Hasta la Contraloría actuó en el asunto y el 3 de enero de este año publicó un informe con 63 observaciones al proyecto sobre aspectos como los diseños estructurales de los puentes elevados, la topografía y el diseño geométrico de la vía.
Concejales del municipio también dieron aviso de que esta obra no andaba bien. Lo hicieron en marzo en un debate de control político. Criticaron no haber corregido lo observado por la Contraloría y que para ese momento no se hubiesen culminado los diseños finales. Dos años después del inicio formal de obras, la Alcaldía solo ha comprado 4 predios y para completar la lista de dificultades, instancias judiciales le negaron al Municipio 4 demandas de expropiación, lo que con seguridad ocasionará más demoras al proyecto como les ha ocurrido a otras iniciativas de obra pública en la ciudad y en el país mientras se resuelven las distintas instancias judiciales en procesos como estos, y todos los terrenos son requeridos para poder ejecutar los diseños planteados.


Pero los impactos de este proyecto van más allá del hierro y el cemento. Aún sin avances de obra, la Alcaldía puso a regir por decreto un pico y placa sobre tres avenidas de la ciudad desde hace un año que lo que ha ocasionado son trancones y la ciudadanía lo ve como un perjuicio para la movilidad y no como una medida que esté ayudando para que se agilicen los trabajos en el sector de las obras. Estimativos señalan que es casi fijo que este intercambiador, ya con sus diseños finales, tendrá un sobrecosto de unos $12 mil millones, pasando de $25 mil millones a $37 mil millones. Todo por falta de aplicar el principio de planeación.