El cielo es azul

Terminó la liga con la estrella 16 para el ‘famoso Millos’ como lo llama Eduardo Luis, el destacado relator de televisión. Un premio a la justicia, al convencimiento en torno a una idea, a la capacidad de su líder, a la fe, y al mejor de la temporada.

Tercera final en tres años largos para Alberto Gamero, ganador de la copa Colombia en 2022, y perdedor del título en 2021(I) frente al Tolima de Hernán Torres. Siempre protagonista, le restaba este botón para graduarse como el técnico nacional más aventajado del momento.

Logró 53 puntos en el global, impuso su sello, jugó a lo que propuso, sacó los resultados, montó su plantel, y de ñapa, en su etapa desde 2020, formó a Carlos Gómez, Daniel Ruiz, Emerson Rivaldo, Oscar Cortés, Ómar Bertel, Steven Vega, Andrés Llinás, Yuber Quiñones, y muchos otros.

Aunque en el plano internacional la deuda es grande, y nuestros equipos sufren por jerarquía, en el ambiente local disfrutamos de un torneo bien diseñado, emotivo, e interesante en la brega por el título, la clasificación en zonas intermedias, y en la lucha por evitar el descenso.

En parte porque los jóvenes que van despuntando rápido salen para clubes del continente, o de Europa, contrastando con veteranos ya de salida que regresan con carreras al límite, y a la llegada también de dirigentes que entienden de negocios, poco de fútbol.

Caso Once Caldas, donde prima el factor económico. Para el presidente Castrillón lo sustancial es mostrar cifras en pesos a los accionistas, antes que logros en el campo. Ha sido su política, en chata administración, sin atrevimiento, sin arrojo, sin riesgos, con balance vergonzoso en lo deportivo.

Millonarios, en su condición de campeón, recibe 500 mil dólares de Dimayor, y garantiza tres millones más de Conmebol en 2024 por ingresar a fase de grupos de la copa libertadores. Mal contados, 18 mil millones de pesos, el 80% de lo que cuesta el equipo de Manizales.

Pereira obtuvo lo mismo como campeón 2022(II), y lleva 600 mil dólares adicionales (300 por victoria) sobre Monagas y Boca, y si accede de ronda optará un millón 250 mil más, lo que resolverá este jueves en Chile frente a Colo Colo. Ingresos que superan el presupuesto anual de Once Caldas.

En Colombia basta con meterse dentro de los ocho para representar al país (avanzan siete) y ni eso motiva a la dirigencia que sigue pensando en chico, trayendo jugadores para completar la plantilla, no los que se necesitan, con la aquiescencia del cuerpo técnico.

Entendible que Sarmiento piense en la base que terminó jugando, con triunfos 2-0 ante Junior (fecha 18) y 3-1 sobre Santa fe (última jornada), porque creé en su trabajo, pero inadmisible en su jefe, con cuatro años y medio de fracasos, que no aprende, y le sigue apostando al azar.

Billy Arce, Juan Cuesta, y Johar Mejía, parecen actores de reparto, poco conocidos, y no son solución para un plantel que fue colero durante siete fechas, con un dictamen lógico acerca de sus urgencias, y que definitivamente, bajo esta dirección, juega a la lotería.

Además, dicen cosas imaginarias: ‘Estamos hablando con jugadores que están en competencia’ ´tenemos una lista de preseleccionados de primer nivel’ ‘necesitamos cinco refuerzos de categoría’ ‘ya hemos hablado con los presidentes’ ‘Sabemos lo que queremos´.

Parece una burla que, con semejantes anuncios, terminen en lo que traen, sin albergar ilusiones respecto a los nombres que faltan, y en evidencia de que, a diferencia del campeón Millonarios, los propósitos en Once Caldas corresponden a las reales intenciones de sus dueños, que no son propiamente las de competir para ganar.

Hasta la próxima...