La desinformación y la democracia

La desinformación es un problema creciente y cada vez más agudo en la sociedad moderna, impulsada por la rápida difusión de información falsa, engañosa, tendenciosa, mentirosa a través de internet y las redes sociales. Lo más angustiante es que la información y los criterios de decisión son claves para las buenas decisiones en sociedad. Así, si le inyectamos como insumo basura, la decisión será seguramente poco apropiada. Resultará totalmente sesgada, equivocada, desubicada. El problema de la desinformación y la toma de decisiones está poniendo en jaque, y más aún, en peligro la democracia.
El acceso a información que las nuevas tecnologías y la conectividad, que deberían ser una gran fortaleza para la democracia y en general para la toma de decisiones, se están convirtiendo en una gran debilidad. Y esto a causa de la desinformación que está íntimamente ligada a la propagación de información falsa o engañosa, que puede ser diseñada intencionalmente para engañar o simplemente difundida sin verificación adecuada de la fuente o la veracidad de la información.
La desinformación puede tener graves consecuencias, especialmente cuando se trata de la toma de decisiones importantes. Por ejemplo, puede influir en la opinión pública sobre asuntos políticos o sociales, la percepción de riesgos de salud, y las decisiones de inversión y comerciales. También puede contribuir a la polarización y la división social, aumentando la tensión y el conflicto en la sociedad. Ambos aspectos tienen profunda gravedad. Erosionar la toma de posiciones por parte de la opinión pública tiene consecuencias fatales para la vida en sociedad. De la democracia damos un salto al vacío con lo que podríamos llamar la “manipulocracia”. De otra parte, es muy seria la situación por los efectos al interior de las sociedades, pues llevan a profundizar las fisuras, a radicalizar las posiciones, a generar brechas que terminan por erosionar la confianza básica para la vida en sociedad. En pocas palabras dividen y terminan por explotar las sociedades.
¿Qué hacer? Meterle ética a la comunicación. Asumir responsablemente las comunicaciones. Para ello es vital que la sociedad tome medidas para combatir la desinformación. Una forma de hacerlo es a través de la educación y la promoción de la alfabetización mediática y digital, que puede ayudar a las personas a identificar y evaluar la información falsa o engañosa. Los medios de comunicación y las redes sociales también pueden desempeñar un papel importante en la promoción de la verificación de hechos y la transparencia.
La misma Inteligencia Artificial nos da consejos: “Aquí hay algunos consejos sobre cómo mejorar la alfabetización mediática y digital: Sea consciente de sus propios prejuicios y filtros cognitivos. Comprenda cómo funcionan los medios y la tecnología. Tómese el tiempo para aprender sobre cómo funcionan los medios y la tecnología digital. Esto puede incluir la comprensión de cómo se crean y difunden las noticias y cómo se recopilan y usan los datos en línea. Verifique la información: Antes de compartir una noticia o información en línea, asegúrese de que provenga de una fuente confiable y verifique la información. Busque varias fuentes para confirmar la información y evalúe críticamente la credibilidad de la fuente. Sea crítico: Desarrolle su pensamiento crítico y evalúe la información de manera objetiva. Proteja su privacidad y seguridad en línea: Mantenga sus datos y cuentas en línea seguras y protegidas. Asegúrese de utilizar contraseñas seguras y evite compartir información personal innecesaria en línea.”
Este problema de la desinformación está poniendo en jaque la democracia. Debemos todos actuar.