Hablemos de libros: De Morrogacho a Manizales

Albeiro Valencia Llano es el más académico y reconocido historiador de nuestra región. Es la autoridad en materia de investigación sobre el pasado que dio origen a quienes habitamos hoy estas tierras y lo que somos. Su más reciente libro, Manizales. La aldea, el pueblo, la ciudad es una demostración más del conocimiento de este autor, de su capacidad investigativa y nos insinúa la necesidad de leerlo para entendernos mejor.

La obra empieza como es debido, con la fundación, esa gesta de todo un pueblo, no de unos cuantos como otros dicen. Ese grupo de trashumantes que partieron hacia lo que se conocía como Morrogacho para fundar un pueblo que ampliara las posibilidades comerciales con el Cauca.

Valencia Llano nos recuerda que hay debate en las fechas de fundación de la ciudad, pero él, que ha bebido de las fuentes directas que dejaron memoria, es claro que el hito fundacional se dio en 1848 y no un año después, como estamos acostumbrados a celebrarlo.

La fachada del Teatro Olympia. Dicen que después de su demolición, todos los pecados de los manizaleños son veniales.

La fachada del Teatro Olympia. Dicen que después de su demolición, todos los pecados de los manizaleños son veniales.

Nos muestra las claves de cómo esa aldea de casuchas de lata y guadua dio paso primero a un pueblo pujante y luego a una ciudad que quería reflejar en la Colombia un rasgo de modernidad. Lo precisa en un intertítulo bastante claro: Un guadual urbanizado. Es la manera de mostrar que la clase dirigente quería mejorar las condiciones de las construcciones de bahareque que, para enfrentar los temblores, se expandieron por todas las cañadas.

Leyendo la parte sobre la edad de oro de Manizales, que se calcula entre 1905 y 1925, me refuerza una idea que me ha dado vueltas desde hace muchos años. Consiste en que buena parte de la importancia que tuvo Manizales en la primera mitad del siglo pasado y su crecimiento desbordado en esos años obedeció a una serie de personajes que no se arredraron ante la dificultad, sino que supieron aprovechar los momentos críticos para innovar.

Así se invitaba a la Feria de Manizales de 1959 con la Miss Universo, nuevo símbolo de la ciudad.

Así se invitaba a la Feria de Manizales de 1959 con la Miss Universo, nuevo símbolo de la ciudad.

Se trató de personas que eran a la vez cívicos, políticos, hombres de empresa y cultos, en el sentido de que cultivaban el espíritu en las artes, sobre todo en la escritura. Eran polifacéticos y sabían que para ganar en lo suyo, tenían que ganar todos. Claro, también, se ratifica que las guerras del siglo XIX tuvieron mucho que ver con el crecimiento rápido de este villorrio, pues al ser el límite del sur de Antioquia con Cauca se hizo necesario guarecerlo y reforzarlo.

En este libro, los manizaleños entenderán mucho de ese toque de orgullo que llevan puesto a cualquier lugar para hablar de esta cada vez menos joven ciudad como si se tratara de una mítica urbe. Puede que no lo sea, peo claramente si los gobernantes actuales conocieran a profundidad las capacidades de resiliencia, empresariales, solidarias, confiables que legaron nuestros mayores, intentarían al menos no quedarse rezagados frente a aquellos o, cómo mínimo, procurarían no convertir, a esta que fue meridiano cultural, en el hazmerreír de la nación.

La edad de oro de Manizales es el capítulo que da cuenta de esas dos primeras décadas del siglo pasado cuando la ciudad se convirtió en emporio económico con cables, ferrocarril, vías, con bancos y negocios internacionales y cierra con los festejos del 75 aniversario.

También, las grandes tragedias, como los incendios y los terremotos, y la nueva ciudad que surgió después de los lamentables sucesos. La Catedral como símbolo para una ciudad y lo que representa. Ahora que se habla de los Juegos Nacionales que tendrán a Manizales como una de sus sedes, resulta muy inspirador leer el episodio de los Juegos Atléticos Nacionales de 1936 y cómo la ciudad aprovechó esa oportunidad como una ventana para venderse al turismo del país, porque en ese momento, con la resconstrucción, se consideraba la capital más moderna que había.

En el terremoto de 1962 fue necesario un comité de ingenieros para pensar cómo bajar las imágenes que pendían de las alturas, sin que provocaran más daños.

En el terremoto de 1962 fue necesario un comité de ingenieros para pensar cómo bajar las imágenes que pendían de las alturas, sin que provocaran más daños.

Así se encuentra la historia de los grandes intelectuales, de los pioneros de la medicina, de cómo se vivía el entretenimiento en la ciudad, incluidos algunos chascarrillos poéticos o publicitarios de Aparicio Díaz Cabal, el de la Funeraria La Equitativa, Cultural y Deportiva. Igualmente del Centenario y mención especial merece ese otro símbolo que resultó ser para la ciudad y un atractivo turístico, la Miss Universo Luz Marina Zuluaga.

Hay espacio para las notas judiciales que quedaron para la historia y para la educación, el movimiento estudiantil, el espíritu empresarial, los momentos difíciles como la desmembración, entre muchos otros temas.

Al final, a manera de epílogo, tres páginas de conclusiones que nos ponen a reflexionar es perspectiva de estos 175 años que cumplirá la ciudad, si la medimos desde 1948.

El plano de la ciudad en 1854.

El plano de la ciudad en 1854.

Hay que decir que el libro, además, está muy bien editado y cuenta con ilustraciones y datos que permiten una fácil lectura y conectan al lector con las historias que está conociendo o repasando. Es una obra que todos deben leer, para que #HablemosDeLibros y de Manizales, y para pensar cuáles son los líderes que pueden seguir conduciendo la ciudad por la senda del crecimiento.

Subrayados

  • La fundación como tal duró varios días, pero de acuerdo con los protagonistas ocurrió en el mes de septiembre de 1848.
  • Son los intelectuales los que fundan la prensa.
  • Parece que la afición por los toros de lidia se inició desde la fundación.
  • La élite de Manizales no fue capaz de seguir guiando la región por la ruta del Departamento Modelo.
  • La llegada del Festival (de Teatro) de Manizales transformó la vida cotidiana de la ciudad.
  • Una de las fortalezas que tiene Manizales es su ubicación geográfica en un ramal de la Cordillera Central, a 2.100 metros de altura e influenciada por el Parque Nacional Natural de los Nevados.
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Portada del libro 'Manizales. La aldea, el pueblo, la ciudad', de Albeiro Valencia Llano