Foto | EFE | LA PATRIA  El primer ministro británico, Rishi Sunak, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sellan el acuerdo. En medio de una evidente complicidad, ambos destacaron que una solución para Irlanda del Norte desencalla en buena medida la cooperación en otros ámbitos.

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El primer ministro británico, Rishi Sunak, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sellan el acuerdo. En medio de una evidente complicidad, ambos destacaron que una solución para Irlanda del Norte desencalla en buena medida la cooperación en otros ámbitos.

 

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Enrique Rubio
EFE | LA PATRIA |Windsor
La Unión Europea (UE) y el Reino Unido proclamaron ayer el comienzo de una nueva era en su relación, tras alumbrar un pacto que lima los desajustes generados por el Protocolo de Irlanda del Norte, parte del Acuerdo de Salida de la UE.
Irlanda del Norte ha sido desde hace tres años la gran piedra en el zapato de la etapa pos-Brexit. La aparente imposibilidad de cuadrar el círculo en esa provincia (mantenerse a la vez en el mercado único y en el británico) había emponzoñado los lazos casi desde el mismo día en que Reino Unido salió del bloque comunitario.
El protocolo produjo una serie de alteraciones en el comercio interior, pero también la sensación entre los unionistas de que su provincia quedaba desconectada del resto del país.
Por eso, el llamado Acuerdo marco de Windsor, suscrito ayer en esa localidad al este de Londres por el primer ministro británico, Rishi Sunak, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha sido recibido como un "punto de inflexión" por sus firmantes.
Lo que no consiguieron los gobiernos de Boris Johnson ni Liz Truss ha llegado de la mano del pragmático Sunak, que se anota así una victoria política trascendental tras asumir las riendas del Ejecutivo hace cuatro meses.
Todo queda ahora a expensas de que el ala dura de su Partido Conservador y, sobre todo, el Partido Democrático Unionista (DUP, la mayor formación probritánica del Ulster), avalen el texto de 29 páginas.

Sintonía y buenas palabras
Poco antes de las 2:30 de la tarde saltó la noticia que parecía cantada: hay acuerdo. Una hora después, unos sonrientes Sunak y Von der Leyen comparecieron en una sala del Ayuntamiento de Windsor para dar detalles sobre el texto.
"Este acuerdo marco nos permite abrir un nuevo capítulo de nuestra asociación y conseguir soluciones que responden a las preocupaciones de los norirlandeses", manifestó la presidenta de la CE.
Para Sunak, el pacto cumple con las demandas de los norirlandeses al "ofrecer un comercio fluido en todo el Reino Unido, proteger el lugar de Irlanda del Norte en nuestra unión y salvaguardar la soberanía del pueblo de Irlanda del Norte".
Entre los cambios más importantes al texto actual, suscrito en 2019, se eliminan los controles fronterizos entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña para los bienes destinados solo a la provincia británica. Estos bienes irán por un "carril verde" -monitorizado electrónicamente por Bruselas-, mientras que en el "rojo", con chequeos aduaneros, se mantendrán los que van a la república de Irlanda, que permanece en la UE y el mercado único europeo.
Esto "eliminará la sensación de que hay una frontera" entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, mantuvo Sunak.
Además, el Parlamento autónomo de Belfast, más conocido como Stormont, podrá aplicar "un freno de emergencia" frente a cualquier cambio que quiera introducir la Unión Europea en las normas que se aplican en Irlanda del Norte. "Si (Stormont) echa el freno, el Gobierno británico tendrá veto" sobre su implementación, explicó.
Y como prueba de esta nueva era, ambos bandos decretan el cese de las hostilidades: el Gobierno británico retira de su trámite parlamentario un proyecto de ley que le permitiría suspender la aplicación del Protocolo de Irlanda del Norte de forma unilateral, al tiempo que la Unión Europea (EU) detiene las acciones legales que había iniciado en contra de Londres.

Prueba de fuego en el parlamento
Pese a contar con el aplauso inmediato de sectores importantes, desde la City de Londres a la patronal pasando por la oposición laborista, el acuerdo marco deberá enfrentarse ahora a su mayor peligro, el "fuego amigo".
El texto será sometido a votación en el Parlamento británico "en el momento adecuado", anunció Sunak, ya que "debido a la naturaleza y amplitud (del pacto), va a ser necesario cierto tiempo para que todos puedan digerirlo".
El primer ministro cuenta con una holgada mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes, lo que dificulta una eventual rebelión en las filas conservadoras, y ha recibido además la garantía de que el Partido Laborista, primero de la oposición, prestaría los votos necesarios para sacar adelante el acuerdo.
Algunos influyentes "brexiteros" como el secretario de Estado para Irlanda del Norte, Steve Baker, ya han abrazado públicamente el nuevo acuerdo.
Menos entusiasmo, sin embargo, mostró en su primera reacción el líder del Partido Democrático Unionista (DUP), Jeffrey Donaldson, quien alertó de que hay ciertas "cuestiones clave" en el acuerdo sellado entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) que le continúan suscitando "preocupación".

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